lunes, 14 de septiembre de 2009

RW'09:02 Lluvia...



"La única diferencia en esta nueva situación es que si te arriesgas probablemente tengas éxito. Si yo tuviera su edad las cosas serían diferentes, él tiene la oportunidad de mandar al diablo todo. Yo no puedo, me estanqué" (Principe Albert)

El fin de semana pasado, tuve una platica muy sincera con Albert. Hablamos mucho tiempo sobre la frustración que tengo con este nuevo sentimiento que esta explotando en mí, sobre la incertidumbre que siento debido al hecho de no saber si le gusto a Ame no kami y sobre el miedo de volver a vivir una historia extraña frenada por una doble vida.

Ame no kami llegó sin que lo esperara. Como siempre, estaba perdiendo el tiempo en una página de perfiles, donde sólo me gusta entrar para mirar las descripciones a veces risibles de las personas que, en su mayoría de las veces, buscan un simple encuentro para saciar su apetito físico. Sin embargo, cuando me tope con su perfil, me llamo la atención las fotos y la descripción que tenía. Unas fotos que no rayan en nada fuera de lo común y probablemente no muy atractivas para la mayoría, ya que no mostraba nada de carne, más bien situaciones de su vida, tan bellamente comunes y a la vez interesantes que no dudé ni un segundo en enviarle un mensaje de saludo.

Físicamente no estaba adaptado en mis gustos comunes. Aún así, me pareció irresistiblemente atractivo, por su cabello largo y su estilo medio hippioso que jamás me habían llamado la atención. Incluso debido a la ironía del momento recordé cuando mi hermana comenzó su relación con su ahora esposo, su época hippie que me histerizaba y me volvía loco.

Pero el me gustaba. No podía evitarlo. Había algo en él que no podía pasar por desapercibido. Esa mirada de cachorro travieso que me provocaba mirar embobado su fotografía y el "misticísmo" que encontraba en una foto que se había tomado en unas cascadas sulfurosas.

Comenzamos a hablar a menudo, platicas agradables, descubriendo en el cosas que me atrapaban cada vez más y que me hacían añorar el momento en el que pudiese charlar nuevamente con él.

Vivía relativamente cerca de mi trabajo. Y despues descubrí que estudiaba "técnicamente" en la escuela donde trabajo. Una grata sopresa debido a que podía pensar en él más de cerca.

Y sucedió un hecho muy extraño. Algo que me hizo ver que el era alguien que era fuera de lo común. Es el primero que pudo retarme directamente al decirme "eres un cobarde y voluble" al querer retractarme de una decisión que había tomado y que quise cambiar. Fué la primer persona que me hizo enfrentarme a mí mismo en un simple instante y sin dudar, no para demostrarle lo contrario, sino para demostrármelo a mí mismo.

Y así me embarqué en una nueva pasión de estudio en mi vida. Algo que me esta haciendo muy feliz. Una pasión que él también comparte y que al encontrármelo en el salón de clases me dejo con una gran intimidación debido a su persona. Él es muy extrovertido, hermosamente tonto y escandaloso como nadie.

Me cautivó. Caí sin guardar distancia y me dí cuenta de que quería en verdad algo con él. La verosimilitud de mis deseos me asombró no como algo completamente alcanzable... sino venía con situaciones que me recordaron mi primer intento de relación con Albert. Y es que como él, también es bisexual... técnicamente de closet.

Los que más o menos me conocen saben que estoy practicamente out con mi familia. Sólo con mi amada madre no he tenido una respuesta grata, aunque eso fue hace años y no hemos tocado el tema... pero en un futuro lo haré.

Este factor me hizo dudar sobre lo que podía hacer y esperar.

Hablando con varias personas obtuve ciertos puntos de vista, positivos y negativos de si era bueno o no intentar algo directo y real. Y la incertidumbre me llenó.

Pero, después de la plática con Albert, me dí cuenta de que hay mucho que ganar y tal vez también mucho que perder. Sin embargo, nunca lo sabré si no me arriesgo. No importa si hay cosas en contra... creo que es bueno intentarlo.

Y voy a hacerlo. Voy a conquistarle, y a dejar crecer esto que empieza a surgir en mí.

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