Me encuentro sentado en el mismo café donde casi cada semana voy. Me encanta venir aquí. Un sitio tranquilo que me permite pensar y relajarme un instante. Una burbuja del mundo que me rodea.
Sentado aquí, he escrito muchas cosas que no he publicado, esos escritos son sólo para mí, incompletos, incongruentes, pero que me permiten sacar algunas cosas que no quiero guardar en mi mente. Es mejor dejarlas en el mundo virtual donde cuando quiera puedo rememorarlas y analizarlas a detalle.
Esta semana es una semana llena de recuerdos que no quiero tener. Sin embargo, me alegra el hecho de que ya no duelen como antes; simplemente es mi maldita memoria fotográfica que todo lo guarda, que evoca cosas inconsientemente sin que yo lo quiera así.
Pero estoy bien,... me sorprendo de estarlo. El tiempo sabio sabe cuando curar las heridas y, aunque el proceso no es fácil, siempre llega el momento donde esos recuerdos se anestecian. Durante varios meses estuve aferrado a algo moribundo que finalmente dejé partir. Ahora, creo que es sólo esa etapa de duelo que se vive... como cuando las personas mueren y durante un tiempo no puedes evitar pensar en ellas.
Estoy tranquilo. No me tiro al llanto ni a la congoja. Sólo hablo de ello porque me apetece, para sacar aquella pequeñita espina que se me había clavado... y que ya no está.
Por ahora, me siento estable. Feliz si quieren llamarlo así. Sólo sé que estoy listo para los cambios tan drásticos que se vienen, que se anuncian ya... Sigo un camino que me agrada y que en estos meses me ha llenado de alegrías y de tranquilidad... me siento seguro...
...estoy bien...
1 comentario:
Y sin importar las tormentas que tengamos que soportar, todo vale la pena por la calma mon amour.
Besos!!!
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