domingo, 30 de noviembre de 2008

Junjou Uncertain (IV)

**IV**
"Algunos cumpleaños traen sorpresas inesperadas"

Despues de algunos días, Seishiro y Subaru habían establecido una extraña relación de amistad. Eran confidentes y tenían una conexión única.
Seishiro estaba contento con esto. Finalmente podía llamarse "amigo" de aquella persona que comenzó a interesarle semanas atrás.
Amigos, eso es lo que eran. Sin embargo, Para Seishiro no era eso tan cierto. Poco a poco con cada plática comenzo a interesarse más en él, sin embargo, sabía que eso no podía suceder. Subaru estaba con Dan y eran relativamente felices, como todas las parejas que conocía.
Así que trataba de no darse muchas ilusiones con lo imposible.

-Oye!, Voy a hacer una pequeña reunión para mi cumpleaños... quieres ir?
- Claro!, ya sabe Dan?
- No, de hecho eres el primero que estoy invitando.
- Oh, gracias... Ahí estaré
- Por nada.

Días después, en la noche antes al cumpleaños de Seishiro, un mensaje llegó a su celular.

"Hey Sei-chan!, Estoy en el bar donde será tu cumpleaños. mañana serás mas viejo. Besos. Subby."

Fue el primer mensaje de cumpleaños que recibió y que se convirtió en su preciado tesoro.
La noche siguiente, Seishiro esperaba la llegada de Subaru en el bar, algunos amigos suyos ya habían llegado pero él todavía no. Pasaban de la medianoche y se encontraba un poco desesperado y triste porque él no había llegado. Terminaron de beber y despues de pagar la cuenta se levantaron para salir del lugar. El no había llegado.

De pronto, su teléfono comenzo a sonar. Era él.

- Estoy afuera con Dan y mi hermana. Lo siento pero Dan estaba necio en ir a otro lado y lo tuve que convencer. Esperame un poco ok?
- Ok.

Pero no pudo esperar. Fue hacia la entrada del lugar y se planto a esperar a que entrara. Ahí estaba él, con los demás. Quería correr a abrazarle pero era imposible. Sería demasiado obvio y no quería generar problemas, ni siquiera quería que fuera notorio. Así que primero saludo a Dan, a su hermana y despues a él. Quiso platicar más con el pero le fue imposible. Iori y los demás ya salían del lugar. Estaba dividido.

Y con todo el dolor de su corazón decidió partir de aquel lugar.

Sin embargo, recibió el mejor regalo que le hayan dado jamás.

Y sonrió.

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