sábado, 3 de enero de 2009

Piercings...


Mi primer piercing lo hice por curiosidad y desmadre. Fue el llamado "principe alberto". Yo era muy joven y la persona que me lo hizo era amigo que estaba comenzando a hacer piercings. Para ese entonces yo tenía mucho miedo de la sangre, me mareaba y me daba un poco de asco, así que solo duré unas semanas con él.

Tiempo despues tuve dos piercings más. El primero en la lengua y el sengundo en el pezón izquierdo. Aún los conservo. Sin embargo, tienen una conotación diferente. "no olvidar, pero si superar". Siempre hago un tipo de sacrificio físico para superar algo, principalmente cortarme el cabello o perforarme.

El primero me lo hice por ERES, hace seis años. Una persona importante para mí, la primer persona que me hizo sentir muy bien y que me deprimió hasta intentar suicidarme. Nunca he hablado mucho de esto, pero lo traté de hacer. Si no fuera por el apoyo de un gran amigo de esa época no se que hubiera pasado.
Tan deprimido estaba que terminé yendo a un retiro espiritual donde pude limpiar ciertas areas de mi vida, sin embargo, algunas de sus ideologías no iban conmigo, así que no funcionó al 100.
Una tarde, estaba desesperado. Me sentía a punto de un ataque de ansiedad. Salí de mi casa y camine hacia el centro de la ciudad. Me detuve en un negocio de perforaciones y le pedí al chico que me hiciera una, donde fuera. El preguntó si estaba seguro y le dije que sí. Acordamos que sería en la lengua. Fue rapido y un poco incomodo, ya que lo hizo con pistola. Así que ya conocerán el martirio de tener una pieza a presion en la lengua sin poderla cambiar...

El segundo lo hice hace 4 años, por el dolor que dejo Gus al irse y no poder continuar fisicamente la maravillosa historia que teníamos. Actualmente somos muy buenos amigos y nos adoramos, pero en esa epoca su partida fue demasiado dolorosa. Por lo que pensé en llevar algo en mi que me lo recordara siempre. Y nada mas doloroso que una perfo en el pezón. La experiencia fue muy extraña, ya que cuando estaban haciendomelo, en el mismo lugar donde hice el piercing en la lengua, paso una de las monjas que fue mi directora en la escuela primaria y me miro con ojos de "estas completamente poseido por el demonio" mientras gritaba un poco por el instante de dolor que sentí.

Ahora, toca el turno a mi labio, será perforado mañana y tengo mil y un motivos diferentes para hacermelo. Sinceramente tengo un poco de miedo por mi familia, y no se como ocultarlo, pero ya encontraré la forma. Espero que no sea tan doloroso e incomodo como pienso, aunque puede ser bueno que lo sea.

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